Tal como Giuseppe Tomasi di Lampedusa pone en labios de uno de los protagonistas de su famosa novela “Il Gatopardo”, Tancredi Falconeri sobrino del ilustre Fabrizio Corbera, príncipe de Salina: “todo debe cambiar para que todo permanezca igual” que, para el caso de La Ruta de la Sal, se traduce en “igual de atractiva, igual de emocionante, igual de competitiva, igual de familiar… igual de única”.
Y por ello esta próxima edición de La Ruta de la Sal, nada menos que la 35ª, incluye no pocos cambios, no pocas novedades, siendo la más relevante de ellas la utilización del sistema de rating ORC a la hora de compensar los tiempos, primordialmente para potenciar la internacionalización de la regata. Para ello se ha establecido un acuerdo con la Federación Española de Vela que se compromete a expedir un certificado exclusivo para La Ruta de la Sal, con un módico coste de 25€. Este cambio también da pie a dejar de establecer las categorías en base al año de diseño de cada barco para configurarlas según factores más definitivos respecto a la velocidad del mismo, creando con ello grupos más equitativos.
Y hablando de grupos, hay también que destacar la introducción del Trofeo Med Cat que – instituido por esta firma representante de Bali Catamarans en España – premiará al vencedor de una nueva clase que aglutinará a los multicascos participantes, recayendo el premio en el ganador de la misma, independientemente de la marca del barco. Se pone asimismo en marcha el Trofeo Bali destinado a premiar al primer catamarán Bali clasificado.
Otra categoría a destacar es la GlobeSailor que engloba a los barcos en lista 6ª, o sea los barcos escuela o los dedicados al charter, actividad en plena evolución que está cobrando un gran protagonismo en La Ruta de la Sal.
En cuanto a la renovación de apoyos, Ausmar amplía su implicación con la colaboración en los chequeos de seguridad y una “master class” previa a la salida – que incluirá una demostración de como activar la balsa salvavidas. Por su parte, en su calidad de electrónica oficial de La Ruta de la Sal, Garmin volverá a estar presente en esta regata de altura, por sexto año consecutivo, haciendo entrega a los ganadores absolutos de un preciado reloj quatix® 7 que, entre sus numerosas funciones cuenta con el modo Sailassist TM que crea una línea de salida virtual para poder programar la táctica a seguir.
Se mantiene el apoyo entusiasta e indispensable del Real Club Náutico de Denia y de Port Ginesta, como puertos de salida, así como del Club Náutico de Sant Antoni de Portmany, que acoge la flota a su llegada a Ibiza. Dar cabida a más de un centenar de embarcaciones que llegan de golpe separadas por apenas unas horas es una tarea complicada, directamente inimaginable en la mayoría de puertos. En Sant Antoni de Portmany, y gracias también a la colaboración de Ports IB, los responsables del Club y del ente público trabajan a destajo para dar cabida al máximo número de barcos que sea posible.
El Consell de Ibiza también ha renovado su fundamental apoyo al evento en reconocimiento al valor que tiene La Ruta de la Sal como embajadora de la isla para promocionar el turismo náutico y deportivo fuera de la temporada estiva. Por su parte el Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany también se vuelca en la acogida de los navegantes organizando un gran fin de fiesta. Salvamento Marítimo, la Real Federación Española de Vela y las federaciones autonómicas de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares, también colaboran con el evento.
En esta próxima edición, La Ruta de la Sal seguirá contando con el patrocinio de otras empresas de referencia como Trasmed, Gramona, OD Hoteles, Ultimoo, Yamaha, Sailwiz o Cenáutica, a las que en esta edición se sumarán Vetus y Nautical Channel, que garantizará la difusión internacional de La Ruta de la Sal a través de las televisiones de 44 millones de hogares europeos.
Todo ello nos permite augurar una 35º edición de La Ruta de la Sal especialmente brillante. Ya se han superado el centenar de inscripciones, pero el registro sigue abierto hasta agotar las plazas, que para este año se estiman en alrededor de 150, en función de la disponibilidad final de amarres para acoger a la flota en el Puerto de Sant Antoni de Portmany.